La moda y la cultura más tradicional, en cuatro exposiciones

La indumentaria tradicional forma parte de nuestra cultura y patrimonio, siendo un legado que ha llegado a nuestros días mostrándonos la forma de vida, los ritos y los oficios de nuestros antepasados.
La provincia de Salamanca posee una gran variedad y riqueza de indumentaria tradicional que muestra ahora el Centro Comercial El Tormes a través de una Exposición basada en la colección privada de Marta Moreno y Berna Pérez, en colaboración con Caireles. Esta muestra, que ya se expuso el pasado año, cuenta en esta edición con dos trajes añadidos: el famoso traje de vistas de La Alberca y el de mozo de Robleda.


El Traje de Vistas de La Alberca
El traje de vistas de La Alberca está considerado uno de los trajes de gala de etnografía popular más antiguos de España y uno de los más antiguos de Europa. Está confeccionado con once kilogramos de telas e incluye amuletos, dijes y alhajas de coral y plata.
Se ha conservado en La Alberca (Salamanca) gracias al mantenimiento del espíritu y sentimiento más tradicional. Sólo debe ser vestido para Mayordomías, para ofrecer ante la esfinge de la patrona, para los ofrecimientos de El Corpus, o como traje de boda.
El traje de vistas fue pintado por Joaquín Sorolla en el cuadro sobre Castilla, conocido también como “La fiesta del pan”. Se trata de la mayor obra que pintó Sorolla y se encuentra en Nueva York, en la Hispanic Society of America, al norte de Manhattan.

(«La Fiesta del Pan», de Joaquín Sorolla)

Es el traje por excelencia del matriarcado español, fiel reflejo del poder de la mujer en la sociedad agraria. La familia era la unidad básica en la que se fundamenta la sociedad preindustrial y la madre era quien organizaba y gestionaba el patrimonio y el ahorro de la familia.
Cuando se vendían las cosechas o ganados, gran parte del capital adquirido era invertido en alhajas que guardaba la mujer y portaba en las fiestas más señaladas. Si se necesitaba adquirir un bien para la familia o comprar un caballo o tierras; se volvían a vender las alhajas recuperando su valor económico. Al ser oro, coral y plata no perdía su valor inicial.

Pero además de esta muestra, el Centro Comercial El Tormes acoge una exposición de Mantones.

Mantones en el Folklore
El mantón de Manila tal y como lo conocemos en la actualidad es una prenda de adorno femenino vinculada a la artesanía española. Su denominación se refiere a la procedencia de origen: la ciudad de Manila, la capital de la antigua colonia española de Filipinas.
Hasta que se inició su fabricación en España, la introducción del producto en nuestro país se debía al comercio que España mantuvo con América durante la etapa colonial. Un tráfico constante a través del que entraban, junto con otros lujosos enseres, tejidos y prendas chinas. Concretamente, los mantones se importaron hacia finales del siglo XVIII, popularizándose su uso en el XIX.
Los bordados chinos eran muy apreciados, tanto por su finura y su delicado acabado como por su bella combinación de color, algo que entusiasmaba en la corte y en la alta sociedad española, algunos de ellos se pueden ver en esta pequeña muestra del Centro Comercial El Tormes.


La incorporación definitiva de los mantones a las vestimentas de las españolas vino precedida por un largo recorrido en el tiempo: un viaje que partía de China, de donde procedían el tejido y las formas características de sus bordados, hasta Manila, desde donde nuevamente eran enviados hacia tierras americanas.
Allí fueron adaptados primero a los gustos mexicanos, donde posiblemente evolucionarían y se enriquecerían hasta alcanzar las dimensiones y composición del actual mantón durante el siglo XVIII, iniciándose primero su uso en la colonia, para terminar, ya avanzado el XIX, como accesorio de los trajes de las mujeres españolas, incluidas las castellanas y salmantinas, donde esta prenda desbancó durante mucho tiempo al mantón o pañuelo de merino, muy usado en todas las comarcas salmantinas, que sustituía generalmente al dengue de nuestra indumentaria femenina, imprescindible en el traje de manteo de las mujeres de la sierra de Francia.


Así aparecen en numerosos cuadros, ilustraciones y relatos literarios del siglo XIX, donde los mantones de Manila lucen en todo su esplendor, ya elaborados con estilos propios españoles.
En esta muestra se pueden ver mantones de más de doscientos años, con diferentes motivos y tejidos, hasta el más moderno con bordados típicamente salmantinos con unos setenta años de vida. Pertenecen a la colección de SURCO.

Pero con la segunda edición de los Encuentros con la Tradición el Centro Comercial El Tormes ha querido acercar a los salmantinos otras artes y oficios tradicionales, vinculados a la moda más típica de estas tierras de Castilla.

Las castañuelas
Las antiguas castañuelas, pitos y tarrañuelas de la provincia de Palencia son una minúscula pero interesante porción del rico patrimonio cultural de la provincia y representa una parte de aquello que tenemos derecho a heredar de nuestros antepasados y obligación de conservar para las generaciones futuras.
Estas bellas y sonoras piezas han sido, desde antiguo, las fieles compañeras de los bailadores y danzantes tradicionales que desde hace al menos cuatro siglos, fueron capaces de repiquetearlas de forma magistral al son de la música y de los vaivenes de sus bailes y danzas.
En esta exposición se muestran algunas de las reproducciones elaboradas por el artesano Pedro Miguel Pastor de los antiguos ejemplares catalogados hasta el día de hoy en la provincia de Palencia, además de una pequeña muestra del trabajo de catalogación que se está haciendo en las demás provincias de nuestra Comunidad Autónoma.



Las gaitas charras
Juan Francisco Vicente, más conocido como Paco comenzó su intrusión en la música tradicional salmantina acudiendo con su hijo David a clases de gaita y tamboril por gusto a revivir la música de su infancia. Pronto cogieron sendas diferentes, pero con un mismo fin, la tradición.
La obsesión de Paco por la investigación y construcción de una gaita que “sonara bien” tuvo su fruto un par de años después de embarcarse en este proyecto, naciendo así la primera gaita de encina tan deseada por los dos.
A partir de ahí Paco y David han conseguido crear una colección de más de 300 gaitas entre las que se incluyen algunas que cuentan con más de 180 años de antigüedad, recuperadas y rehabilitadas, además de otras que han sido labradas y decoradas artesanalmente con diversas técnicas como el pirograbado, la incrustación o el tallado.
También están confeccionadas con diferentes materiales: para el cuerpo del instrumento, madera (de encina, ébano, granadillo, etc.); para la embocadura, hueso, cuerno, plata, cobre, bronce, pan de oro… En la exposición del Centro Comercial El Tormes se pueden observar también ejemplares hechos a partir de alas de buitre o de materiales modernos como el metacrilato o PVC.



Las exposiciones se pueden visitar en el Centro Comercial El Tormes hasta el próximo día 27 de octubre.