Esther Vaquero: «De Salamanca echo de menos la buena comida, lo fácil que es quedar con amigos y lo bien que se compra»

Esther Vaquero es salmantina, periodista y todos los días se mete en nuestras casas a través de los informativos de Antena 3. Hace ya unos meses que no la vemos porque acaba de ser mamá de nuevo, de ahí que agradezcamos de especial manera el tiempo que nos ha dedicado para que esta entrevista, que se lleva cuajando ya algún tiempo, se haya podido llevar a efecto. Además de mostrarnos su cercanía, Esther Vaquero nos sirve de ejemplo de que con trabajo y tesón se puede llegar lejos.


El tiempo parece a veces que discurre muy rápido pero han pasado ya cuatro años desde que Esther Vaquero se subió al balcón del Ayuntamiento de Salamanca para pronunciar el pregón de las fiestas grandes de la ciudad. ¿Qué recuerdos le quedan de ese día?

Fueron un día y una experiencia preciosos. Cuando me lo propusieron me agobié un poco: me parecía muchísima responsabilidad. Iba a ser la pregonera más joven de las Ferias y Fiestas y no tenía muy claro que fuera merecedora de ese honor. Pero al final, pensé que a mi familia le haría ilusión y que podría escribir un pregón bonito, explicando cómo nos sentimos los muchos salmantinos que nos hemos ‘exiliado’ en busca de oportunidades laborales, pero que seguimos añorando cada día nuestra tierra. Creo que quedó muy bien y la acogida fue muy cálida. La plaza estaba llena, ¡y no sólo de mi familia y amigos!

En su día confesó que ese pregón era «una excusa perfecta que calma la añoranza de los que algún día tuvimos que dejar nuestra querida Salamanca». ¿Qué es lo que más echa de menos de Salamanca además de la familia y amigos?

Me encanta pasear por el casco histórico o por la ribera del río. Echo de menos la buena comida (no sólo la de mi madre, también la de nuestros bares y restaurantes, que te ponen pinchos riquísimos por un precio asequible), lo fácil que es quedar con amigos y llegar de un sitio a otro en poco tiempo. También lo bien que se compra en Salamanca. Es curioso, pero yo no compro igual en los macro centros comerciales de Madrid, y eso que tengo uno cerca de casa. Cuando voy a Salamanca reservo siempre alguna mañana o tarde para ir a comprar al Centro Comercial El Tormes. Creo que tiene el tamaño y número de tiendas necesarias para salir perfectamente equipados. ¡Y que conste que no me pagáis por confesar esto! Jaja… Pero la primera ropita para mi hija la he comprado allí, por ejemplo. También me gustan mucho los pequeños comercios del centro. Espero que no se pierdan nunca.


En la actualidad se mete todos los días en nuestros hogares gracias a los Informativos de Antena 3, pero para llegar ahí ha tenido que trabajar duro… ¿Cómo se produjo el salto desde los periódicos locales de Salamanca en los que se inició a los Informativos de Telecinco?

Bueno, fue algo tan sencillo como estar muy pendiente de las prácticas que ofrecían los medios de comunicación en los últimos años de carrera. Durante el curso escolar, yo fui becaria en El Adelanto o La Gaceta. En verano intentaba escaparme a Madrid para probar cosas distintas y formarme lo mejor posible en todos los registros periodísticos: así llegué a hacer prácticas primero en Informativos Telecinco y después en la Cadena SER. Dos grandes escuelas.

Antes de llegar a Antena 3 ha pasado por Telecinco, Cuatro, TVE, BBC London y La Sexta. ¿Qué es lo que se ha llevado de cada uno de estos medios?

Haber trabajado en canales y programas tan diferentes -de información o de entretenimiento- te da muchos recursos como periodista y te enseña mucho, te hace muy versátil. Yo he trabajado delante de la cámara durante los últimos diez años, pero también he pasado mucho tiempo detrás, escribiendo guiones, yendo a ruedas de prensa y cubriendo todo tipo de noticias. Eso es lo que más te curte y lo que realmente te da valor como profesional, el valer igual para un roto que para un descosido.

Trabaja con información y la realidad supera en muchas ocasiones a la ficción. ¿Cuál es la noticia más increíble que ha tenido que ofrecer a los espectadores? ¿Y la más dura?

La más increíble que recuerde recientemente ha sido la nueva repetición de elecciones. Me indigna este bloqueo que tenemos, y todavía me cuesta creer que vayamos a salir de él. Fue dar esa noticia y tener que retirarme temporalmente por mi segundo embarazo. Dos de las noticias más duras del último año fueron el asesinato del niño Gabriel Cruz y la desaparición del pequeño Julen. Siempre que hay una tragedia con niños de por medio, toca tragar saliva antes de contarlo. Cuesta mucho.

En Enamódate nos gusta hablar en positivo, así que es obligado preguntarle también por la mejor noticia sobre la que ha informado…

Bueno aunque no lo parezca, hay varias. Pero si hay un día en que voy con otro talante a trabajar, es el 22 de diciembre. Saber de antemano que vas a hablar de ilusión y de alegría, te contagia sin quererlo. El primer Espejo Público que yo presenté en Antena 3 fue precisamente un día de la Lotería de Navidad y a pesar de que estaba hecha un manojo de nervios, recuerdo aquel día con mucho cariño.

Esther Vaquero parece una persona celosa de su intimidad. En estos tiempos donde las redes sociales se han convertido en una enorme ventana ¿dónde finaliza para usted su faceta de personaje público?

Intento que se quede en lo estrictamente laboral. Hay quien cuenta su vida en redes sociales sin apenas límites, pero a mi me cuesta mucho. Valoro mucho mi vida privada y a mi familia. Tengo muy claro que si despierto algún interés es porque tengo un trabajo de cara al público y creo que como periodista es importante y necesario tener presencia en redes, pero soy muy discreta. Con Instagram, por ejemplo, tengo cierto conflicto porque soy alérgica al postureo y ¡se me da fatal posar! Jajaja… Pero también reconozco que me entretiene y tengo mi perfil, al que he subido alguna foto embarazada. Para que la gente sepa que he desaparecido temporalmente de la TV por eso… jeje.

La imagen es primordial en un personaje público, ¿piensa en ella cada vez que sale a la calle?

Me cuido, pero en según qué contextos prefiero ir cómoda y casual. Si voy a dar un paseo al parque con mis hijos, por ejemplo, no me verán maquillada ni con tacones.

¿Cuál es su look preferido a diario, con el que se siente más cómoda?

Me encanta ir en vaqueros y con la cara lavada. Si acaso, un poquito de rimmel y anti ojeras si esa noche he dormido mal… Pero mi estilo habitual es de lo más fresco. Quizá es por la gran cantidad de maquillaje que nos ponen en la tele. En cuanto salgo de allí quiero verme guapa, pero lo más natural posible.

¿Y ante las cámaras?

Pues en realidad es algo parecido, pero asumiendo que en un informativo hay que subirse al tacón -porque estiliza-, hay que maquillarse bastante -porque la potencia de los focos y las cámaras nos daría un tono cetrino si no llevásemos nada-, y el estilo de la ropa es algo más formal. Pero yo intento salir siempre con algo que también podría ponerme fuera, con lo que esté cómoda y sobre todo que no me haga sentir ‘disfrazada’.

Para concluir esta entrevista, en Enamódate nos gustaría hacerlo con algunas de las preguntas del cuestionario tipo de Marcel Proust:

1. ¿Principal rasgo de su carácter?

Creo que soy trabajadora, constante y muy observadora. Me gusta escuchar antes de hablar.

2. ¿Su ideal de felicidad?

Que mi familia y amigos estén bien y que tengamos un buen plan para celebrarlo. Cualquier pequeña escapada me alegra el día.

3. ¿Su color favorito?

Soy muy de azules y de violetas, pero tengo ropa de todos los tonos. Me encanta cambiar, y que se note.

4. ¿La flor que más le gusta?

El azahar. Tengo en casa un naranjo y un limonero y me chifla su olor.

5. ¿Sus autores favoritos?

Eduardo Mendoza, Daniel Sánchez-Arévalo, Ken Follett… Tengo muchos y muy variados.

6. ¿Su heroína?

Cualquier mujer capaz de conciliar trabajo con hijos o hijas pequeñas. Las exigencias del mercado laboral lo ponen muy difícil.

7. ¿Su héroe de la vida real?

Mis padres.

8. ¿Qué don de la naturaleza desearía poseer?

Me encantaría volar.

 9.  No sale de casa sin…

Las llaves y el móvil.

10. En su bolso no puede faltar…

¡Un bálsamo labial! Soy adicta.