DESDE CASA. Inmaculada Rodríguez: «Lo primero que haré cuando finalice este confinamiento será ir a la Plaza Mayor de Salamanca»

Inmaculada Rodríguez es la presidenta de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) en Salamanca. En Enamódate tuvimos el placer de acudir a su casa para conocer, además de su armario (éste es el nombre de la sección), cómo trabaja esta organización sin ánimo de lucro que centra todos sus esfuerzos en hacer un poquito más fácil la vida a los pacientes de cáncer y a sus familias. Entre sus acciones destaca, además, la recaudación de fondos que destina para proyectos de investigación sobre esta enfermedad. En esta ocasión hablamos con ella sobre los efectos de la pandemia que centra nuestras vidas en estos momentos.

¿Cómo está viviendo estos días? ¿a qué dedica parte de su tiempo?

– Pues hay que adaptarse a la situación que está aconteciendo. Son momentos de incertidumbre y de miedo, no sabemos en qué depara esta enfermedad y no es fácil de aceptar. Es una etapa de preocupación constante, por nosotros, por nuestras familias y por la situación de España en general. Nos preocupamos por la salud pero también por las consecuencias futuras que se generarán a nivel social y económico, por lo que son momentos duros. También sentimos preocupación por la situación de vulnerabilidad que ya nos acompaña y que seguirá posiblemente durante un tiempo… Pero al mismo tiempo, estamos en casa, con los nuestros, con nuestra familia, con nuestros hijos, disfrutando de momentos a los que no estábamos acostumbrados porque siempre vamos con prisas. Ahora disfrutamos más las comidas y las sobremesas, hacemos deporte en casa (que es importante), y compartimos juegos, series, películas… Quizás sea este el aspecto positivo que podemos buscarle a esta situación. A mí me encanta la cocina y ahora puedo dedicarle más tiempo. Mimo mucho más el puchero.

– ¿Qué es lo que más echa de menos Inmaculada Rodríguez de nuestra vida de antes de… (antes de la irrupción del COVID-19)?

-Echo de menos la cotidianidad, la normalidad, la libertad de salir. Ahora impera una sensación de miedo cuando sales de casa. Acudir al supermercado es casi un reto. Tenemos que llevar mascarilla, protegernos, ir con una lista bien estructurada (no podemos ir todos los días a comprar) y cumplir con el protocolo de higiene de vuelta a casa. La verdad es que esto es como vivir en una película. Si nos lo hubieran contado hace tres meses no nos lo hubiéramos creído, nunca pensamos que íbamos a llegar e este extremo. Echo mucho de menos el contacto físico con los amigos, los abrazos que nos sientan tan bien y nos proporcionan sensaciones tan buenas.

¿Cómo cree que nos cambiará la vida esta situación que estamos viviendo, si es que  piensa que nos cambiará en algo?

-Creo que sí nos cambiará la vida, sobre todo en un futuro inmediato y posiblemente también a largo plazo. Tendremos presente la inseguridad a la hora de salir de casa la vamos, sentiremos sensaciones extrañas, tendremos mucho más cuidado a la hora de relacionarnos y expresar nuestros sentimientos… Esta pandemia nos pasará una factura y no actuaremos con la misma seguridad que hasta hace poco tiempo. Valoraremos mucho más el estar rodeados de nuestra gente y de nuestra familia. Y además, echaremos de menos a las personas que por desgracia se nos han ido. Tendremos también sensaciones de tristeza y malestar por lo que ha sucedido,  por todos los que están sufriendo pérdidas de familiares y amigos. La muerte siempre es terrible pero en una situación como ésta lo es mucho más, porque no hay despedida. Y eso nos marcará también. Pero tenemos que mirar hacia adelante y comenzar a reconstruir nuestras vidas. No será fácil. Lo primero que haré yo cuando salgamos de este confinamiento será ir a la Plaza Mayor (ya lo hacía cuando me iba de viaje o no estaba mucho tiempo en Salamanca), a sentarme en una terraza, a ver y a escuchar todo lo que allí acontece, que es la vida.