Diez películas con sabor a verano
Cualquier época, día, mes o estación del año es buena para disfrutar del mejor cine. Se trata sin duda de un buen entretenimiento y de una fabulosa fuente de información. Desde luego que el cine forma, informa y entretiene y después de unos meses en los que nos hemos tenido que privar de una de nuestras aficiones favoritas ya nos estamos preparando para volver a emocionarnos con las mejores películas en el mejor lugar que existe para verlas: el cine. Pronto abrirá sus puertas de nuevo los Cines del Centro Comercial El Tormes (Cines Van Dyck Tormes), y mientras llega el esperado momento, en Enamódate os invitamos a revivir momentos especiales con diez películas ambientadas en verano. Seguro que a ti se te ocurren algunas más…

- Vacaciones en Roma (1953)
Durante una visita a Roma, Ana, la joven princesa de un pequeño país centroeuropeo, trata de eludir el protocolo y las obligaciones que implica, escapándose de palacio para visitar la ciudad de incógnito. Así conoce a Joe, un periodista americano que busca una exclusiva y finge desconocer la identidad de la princesa. La pareja vivirá unas jornadas inolvidables recorriendo la ciudad.
Cuentan que, al acabar el rodaje, Gregory Peck le dijo a los productores que aunque Audrey Hepburn no era una estrella todavía, debían poner su nombre delante porque estaba seguro de que ganaría el Óscar. Los productores hicieron caso a Peck y Hepburn recibió la estatuilla.

- Locuras de verano (1955)
Jane Hudson, una solterona americana de 40 años, decide ir a pasar unas vacaciones a Venecia. Llega a la ciudad de los canales con la esperanza de encontrar el amor que tanto tiempo ha estado buscando. Impresionada por la belleza de la ciudad, paseando va a parar a la tienda de Renato, un encantador anticuario que transformará su solitaria estancia en una inolvidable experiencia.
La banda sonora de Alessandro Cicognini es inolvidable, mientras que la atmósfera casi irreal de la ciudad (el cineasta se enamoró de sus canales, hasta el punto de que acabó comprándose una casa allí) rima con la narración de este amor pasajero.

- Tú a Boston y yo a California (1961)
Dos niñas gemelas, separadas por el divorcio de sus padres, se encuentran en un campamento de verano. Inicialmente no se percatan de su origen común, pero tras ser ambas castigadas a compartir la misma habitación, se dan cuenta de que son gemelas. Ahí también se prometen un objetivo: volver a juntar a sus padres. Para ello deciden intercambiarse…

- American Graffiti (1973)
Es la última noche del verano de 1962, y los adolescentes de Modesto (California) quieren divertirse antes de afrontar sus responsabilidades como adultos. Así que todos salen esa noche para beber, ligar, pasearse en coche, ir a la bolera o bailar un rato…
George Lucas intentó capturar el punto álgido de una cultura juvenil en acelerado proceso de transformación. El resultado es uno de los más brillantes ejercicios de nostalgia bien entendida de toda la historia del cine.

- Tiburón
En la costa de un pequeño pueblo del Este de los Estados Unidos, un enorme tiburón ataca a varias personas. Por temor a los nefastos efectos que este hecho podría tener sobre el negocio turístico, el alcalde se niega a cerrar las playas y a difundir la noticia. Pero un nuevo ataque del tiburón termina con la vida de un bañista. Cuando el terror se apodera de todos, un veterano cazador de tiburones, un oceanógrafo y el jefe de la policía local se unen para capturar al escualo.
Dice la revista Harpers Bazaar que quizá sería más correcto considerarla como una película anti-veraniega, debido a la cantidad de personas que, tras verla a una tierna edad, se negaron a ir a la playa al día siguiente.
La película de Steven Spielberg supuso un punto de inflexión en la historia del cine: fue el primer taquillazo veraniego y cambió el modelo del negocio para siempre. Fue la primera película que superó los 100 millones de dólares de recaudación.

6. Las bicicletas son para el verano (1984)
La historia se inicia en el verano madrileño de 1936, cuando Luisito (Gabino Diego), que ha suspendido Físicas, se queda sin la bicicleta que le habían prometido sus padres (Agustín González y Amparo Soler Leal).
Estalla la guerra y la familia deberá adaptarse al miedo, al hambre, a la alteración de las costumbres, de la lógica y de la razón, junto a una serie de personajes entrañables que igualmente sufren esta inesperada situación inhumana (la hermana, el pretendiente, la criada, las vecinas… interpretados por un magnífico reparto, entre él Victoria Abril, Marisa Paredes, Aurora Redondo, Emilio Gutiérrez Caba, Alicia Hermida…).
Cuando la historia parece haber concluido al llegar la paz, el padre observa con amargura que no es la paz lo que les ha venido, sino la Victoria. «Sabe Dios cuándo habrá otro verano». Difícil contener las lágrimas.

- Dirty Dancing (1987)
Años 60. Johnny Castle (Patrick Swayze) es un experto profesor de baile y un amante consumado. Por su parte, Baby Houseman (Jennifer Grey) es una aburrida e inocente adolescente de 17 años. Un verano se conocen en el balneario donde él trabaja. Aunque pertenecen a clases sociales muy distintas, cuando la música suena y bailan al ritmo del dirty dancing, las diferencias que los separan desaparecen.
Este mega-éxito del cine romántico tiene una banda sonora plagada de hits firmados por las Ronettes, Otis Redding o Frankie Valli… pero la que todos recordamos es «(I’ve Had) The Time of My Life», inspiración de cientos de coreografías improvisadas.

- Mamma Mía (2008 y 2018)
Versión cinematográfica del popular musical de ABBA. Una joven (Amanda Seyfried) que ha crecido en una pequeña isla griega, ha sido educada por una madre rebelde y poco convencional (Streep), que siempre se ha negado a revelarle la identidad de su padre. Cuando, por fin, parece que la joven está a punto de saberlo, aparecen tres posibles candidatos (Brosnan, Firth y Skarsgard).
La segunda parte, «Mamma Mia: Una y otra vez», nos lleva de viaje al verano donde comenzó todo. Los protagonistas nos cuentan los hechos acontecidos el mágico verano en el que comenzó la historia.

- Mi chica (1991)
Veda es una niña obsesionada con la muerte: su madre ha muerto y su padre dirige una funeraria. Como está enamorada de su profesor de inglés, se apunta en verano a unos cursos de poesía sólo para impresionarle. Thomas J., su mejor amigo, es alérgico a las abejas. El padre de Veda contrata a Shelly, una experta maquilladora, y pronto se enamora de ella, pero la niña intentará torpedear la relación.
Macaulay Culkin cobro 1 millón de dólares por rodar la película. Tras el éxito de «Solo en casa» su caché subió como la espuma.
My Girl de los Temptations fue incluida en la banda sonora de la película. Esta canción es una de las más emblemáticas de la banda de Detroit. Con ella obtuvieron su primer número uno en las listas de éxitos de los EE.UU., y en el 2004 la revista Rolling Stone la incluyó en la lista de las 500 canciones más grandes de todos los tiempos.

- Antes del amanecer (1995)
Céline (Julie Delpy), una estudiante francesa, y Jesse (Ethan Hawke), un joven estadounidense que viaja por Europa tras ser abandonado por su novia, se conocen en un tren con destino a París. Cuando llegan a Viena, Jesse debe bajar porque al día siguiente regresa a su país, pero logra convencer a Céline para que pase la noche con él en la ciudad. En el curso de esa noche, se conocen a fondo, discuten sobre diversas cuestiones como la vida, la muerte y el sexo.
La idea de Antes del amanecer’ está inspirada en una noche de paseo por Filadelfia que vivió el director, Richard Linklater, con Amy Lehrhaut, una mujer que había conocido en un viaje de Nueva York a Austin, en 1989.